Estadísticas generales sobre crímenes violentos, su distribución, sus características sociológicas; invitados especiales: el observatorio y de Violencia.
Lectura 8:
Briceño-León, André Villaveces, y Alberto Concha-Eastman (2008). Understanding the uneven distribution of the incidence of homicide in Latin America (Entender la distribución desigual de la incidencia del homicidio en América Latina). International Journal of Epidemiology. 37, pp 751-757.
Resumen
Antecedentes A lo largo de los últimos años del siglo
XX y en
el inicio del XXI, la violencia ha sido uno de los principales
problemas de salud pública en América Latina, una región que cuenta con algunos de los más altos de mortalidad por violencia en el mundo las tasas. Sin embargo, hay parece ser una desigual distribución geográfica de tales casos.
Métodos Se revisaron los datos epidemiológicos sobre la violencia en el mundo y en América, y aquí se discuten las diferencias entre los países latinoamericanos en el contexto de un marco sociológico y desde una perspectiva de salud pública.
Resultados Nuestros resultados indican marcadas diferencias por países en términos de tasas de de la violencia. Países como Argentina, Chile, Costa Rica y Uruguay, tienen bajas tasas de mortalidad por violencia, Perú, Nicaragua, Ecuador, República Dominicana, Panamá y Paraguay tienen tasas moderadas, y Brasil, México, Colombia, El Salvador, Honduras y Venezuela tienen alta a tasas de mortalidad extremadamente altas. Factores relacionados con la violencia incluyen las desigualdades sociales, la falta de oportunidades de empleo,
segregación urbana, la cultura de la masculinidad, los mercados locales de drogas, y la disponibilidad de armas de fuego y el uso generalizado de alcohol.
Conclusión La variabilidad observada homicidio entre los países de América Latina puede explicarse en gran parte por las diferencias en la vida social de los países contextos y modelos políticos. En aquellos países en los homicidios las tasas son muy altas, los gobiernos deberían revisar sus actuales políticas y tomar acciones preventivas. Afortuna-damente cada vez más hoy en día hay avances prometedores en esa dirección.
el inicio del XXI, la violencia ha sido uno de los principales
problemas de salud pública en América Latina, una región que cuenta con algunos de los más altos de mortalidad por violencia en el mundo las tasas. Sin embargo, hay parece ser una desigual distribución geográfica de tales casos.
Métodos Se revisaron los datos epidemiológicos sobre la violencia en el mundo y en América, y aquí se discuten las diferencias entre los países latinoamericanos en el contexto de un marco sociológico y desde una perspectiva de salud pública.
Resultados Nuestros resultados indican marcadas diferencias por países en términos de tasas de de la violencia. Países como Argentina, Chile, Costa Rica y Uruguay, tienen bajas tasas de mortalidad por violencia, Perú, Nicaragua, Ecuador, República Dominicana, Panamá y Paraguay tienen tasas moderadas, y Brasil, México, Colombia, El Salvador, Honduras y Venezuela tienen alta a tasas de mortalidad extremadamente altas. Factores relacionados con la violencia incluyen las desigualdades sociales, la falta de oportunidades de empleo,
segregación urbana, la cultura de la masculinidad, los mercados locales de drogas, y la disponibilidad de armas de fuego y el uso generalizado de alcohol.
Conclusión La variabilidad observada homicidio entre los países de América Latina puede explicarse en gran parte por las diferencias en la vida social de los países contextos y modelos políticos. En aquellos países en los homicidios las tasas son muy altas, los gobiernos deberían revisar sus actuales políticas y tomar acciones preventivas. Afortuna-damente cada vez más hoy en día hay avances prometedores en esa dirección.
Reflexiones:
Dice Briceño León que
hasta los años 70 del siglo pasado, se estudiaba la violencia sobre todo desde
una perspectiva de criminología, las consideraciones policiales y las disciplinas
legales. Por esta razón había énfasis en la psiquiatría y la sociología de las
conductas desviantes. Desde este tiempo,
sin embargo, hay más interés en enfoques relacionados con la prevención y la
salud pública.
Se estudió los datos de
2002, encontrando que América Latina, sobre todo en las regiones con mayores problemas
económicos tiene una tasa muy alta. La relación entre la población urbana, los
niveles de pobreza y la incidencia de homicidio no está clara, pero los países con
las tasas más altas de muerte violenta tienden a ser aquellas con la población
concentrada en las ciudades (Colombia, El Salvador, Honduras, Venezuela y
Brasil). Es de notar que el urbanismo y la pobreza se asocian con inigualadas
sociales.
La mayoría de las víctimas
de homicidio en América Latina son hombres que provienen de niveles
socio-económicos bajos e igualmente, los victimarios tienden a provenir del
mismo grupo.
En ciertas regiones ha
habido cierto éxito local de reducir el número de homicidios tales como en
Colombia (Bogotá y Medellín) y Brasil (São Paulo), pero esto no afecta las
cifras globales en cada país.
En general las causas y
factores facilitantes del homicidio pueden verse en las inigualadas
socio-económicas, el desempleo, y la menguada influencia de la familia y de la
religiosidad como factores socializantes y de control. Hay cuatro factores que
promueven la violencia: a) el ambiente construida de las ciudades donde se instituyen
zonas de exclusión, b) la cultura de la masculinidad, c) los mercados de la
droga y amas ilegales y d) los sistemas judiciales que generen la impunidad. Lectura 9
Briceño-León, Roberto (2008). La violencia homicida en América Latina. Revista América Latina Hoy. Nú 50, pp 103-116
Siguiendo
los lineamientos de la OMS, Briceño-León define la violencia como:
“El uso
intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno
mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga posibilidades de
causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o
privaciones” (WHO, 2002: 5). –citado de la página 105 de B-L.
Empleado estadísticas del año 2000, el autor
afirma que “los homicidios varían de
acuerdo al nivel de ingresos de los países y es así que cuando se compara a los
países de altos ingresos con los países de ingresos medios o bajos, la tasa de
homicidios de estos últimos duplica a la de los primeros” (p. 105). América
Latina era la región más violenta en este entonces.
Considero (K.C.) que estas cifras son
interesantes ya que en el año 2000 no había comenzado la sangrienta “Primavera
Árabe”, así que se puede suponer que hay factores de larga duración en América Latina
que conducen a la violencia. Por un lado, como indica B-L, Argentina, Costa Rica, Chile, Uruguay y Paraguay
tenían tasas por debajo del promedio mundial, y por el otro, Colombia, El
Salvador, Honduras y Venezuela triplicaban el promedio mundial. Es importante
anotar que en aquel entonces Colombia sufría de violencia guerrillera y que El
Salvador y Honduras estaban saliendo de cruentas guerras civiles. Además se
puede señalar, como hace B-L, a la alta urbanización combinada con alta pobreza
de estos países como factores contribuyentes.
Según
el autor, las condiciones que conducen a la violencia son circunstancias
sociales y políticas que pueden ser modificadas. Señala a los cambios
introducidas en Cali, Bogotá y São
Paulo cuando “se interviene en los factores que afectan la legitimidad
institucional” (p. 114).
Lectura adicional: Informe Human Rights Watch, 2012 para los eventos de 2011.
Este informe concentra en los problemas de: libertad de prensa, abusos policiales, independencia judicial entre otros factores. Con respecto a ésta última dice que:
Lectura adicional: Informe Human Rights Watch, 2012 para los eventos de 2011.
Este informe concentra en los problemas de: libertad de prensa, abusos policiales, independencia judicial entre otros factores.
“Desde 2004, el tribunal prácticamente ha abdicado su rol
de contralor del poder ejecutivo y no ha protegido derechos fundamentales consagrados
en la Constitución” (p. 68).
En la misma página afirma que:
“En 2011, la Presidenta
del Tribunal Supremo de Justicia Luisa Estella Morales declaró que las leyes en Venezuela
“responden a un fi n ideológico”, mientras que el Magistrado Fernando Torre Alba
señaló que los tribunales “deben... sancionar conductas o reconducir causas que vayan en
desmedro de la construcción del socialismo bolivariano” (p. 68).
Es interesante comparar
lo que dice este informe con la idea de Briceño-León (2008) sobre la legitimidad institucional como un factor en el control de la violencia.
Con respecto a los abusos policiales cita al Ministro del Interior
y de Justicia quien “estimó que policías son responsables de uno de cada cinco
delitos.” El informe completa esta observación con
las estadísticas oficiales más recientes
sobre la responsabilidad policial en los casos de ejecución sumaria; dicen: “más
de 7.998 personas habrían muerto a manos de miembros de las fuerzas de
seguridad pública entre enero de 2000 y la primera mitad de 2009” (p. 72).
Con respecto a las condiciones carcelarias
señalan las 25 personas que murieron en junio de 2011 en la penitenciara de El
Rodeo.
El informe del Observatorio Venezolano de Prisiones (2012) extiende esta observación: En el año completo hubo 1132 heridos y 591 muertos en todo el sistema de cárceles en el mismo año.
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